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Las clases de música me gustan casi tanto como las de robótica.

Siempre me cuentan que de pequeño me pasaba el día bailando delante de la cadena de música.

He perdido por completo el arte para bailar, pero la música me sigue encantando.

Carla y yo tenemos amigos muy diferentes , en el instituto solemos ir cada uno por su lado.

Su mejor amiga es Linda, una chica tan exuberante como materialista y egocéntrica, se pasa el día hablando de sí misma.

Luego están Josh y Nathan. Con Josh existe una relación bastante cordial pero a Nathan no puedo ni verlo. Es de esos tíos que siempre miran por encima del hombro, aunque el motivo principal de nuestra rivalidad siempre ha sido Carla. Vive esperando el momento que lo dejemos para intentar conquistarla.

Lo que no sabe ese estúpido engreído es que, por mucho que Carla no estuviese conmigo, jamás estaría con alguien como él. Su falta de educación se ve a leguas.

A veces se me escapa cómo Carla puede sentirse a gusto rodeada de esa gente.

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En el club hemos conseguido ponernos de acuerdo en el proyecto común. Hemos diseñado un robot que ayuda en las averías más sencillas del hogar, Reparabot le vamos a llamar. El diseño ya está listo, ahora hay que fabricarlo.

Como solo hay dos máquinas de robótica, nos hemos propuesto hacer un poco de ejercicio cuando estemos esperando nuestro turno. El robot de lucha es una gran opción: divertido y efectivo.

Los chicos se han ido a las seis. Yo he preferido quedarme una horita más, necesito subir mi nivel de robótica, es otro de los imprescindibles para entrar en Foxbury.

Al ratito Carla ha pasado a verme tal y como había prometido.

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Hacia las ocho de la tarde Damian se ha venido a casa a acabar unos deberes.

Le estaban costando entender la materia y ha tirado por el camino del medio.

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Después de la sesión de estudio nos hemos relajado un rato con nuestro mayor vicio.

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Para acabar el día nos hemos puesto a ver nuestro canal de Twitch favorito.