Capítulo 31 - El pensadero

Han pasado unas semanas desde el finde del seminario y las he dedicado a estudiar día y noche.

Había pedido fiesta para poder prepararme los exámenes a conciencia, y aquí estoy, preparando trabajos finales y dejándome los codos estudiando.

En algunas asignaturas toca hacer exposiciones finales, ojalá se me diese tan bien hablar ante el público como al señorito Matalobos, pero se me encoge el estómago solo de pensar que voy a tener que hablar frente a un tribunal.

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Eira también está a tope con los estudios, así que no nos hemos visto desde hace prácticamente un mes, pero esta tarde hemos quedado con la excusa de "estudiar juntas" en uno de nuestros sitios favoritos de Britchester.

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Eira se puso tan nerviosa que empezó a recoger las cosas y nos mandó para casa. Dice que a estas cosas hay que prestarles la máxima atención y disfrutarlas como es debido.

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𝔾𝕖𝕣𝕒𝕝𝕕

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Bueno, creo que ha llegado el momento de enfrentarse a la verdad, espero que pasar por esto valga la pena.

Te tengo.