"En fin, allá vamos."

"Pero…"

La chica no respondía, era como si hubiese llegado al final de la meta y no tuviese fuerzas ni para respirar.

"Me cago en mi suerte, si alguien me dice que mi presentación va a ser ésta, me río en su cara."

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"NO-ME-JODAS."

"Debería cabrearme por su mirada acusadora, pero es que no puedo parecer más culpable en este momento."

Hice lo que me pedía, no quería problemas con ella, era obvio que si la cabreaba más podía joderme todos los planes.

A ver si voy a tener que empezar a creer en las puñeteras leyendas de híbridos.

De refilón podía ver la cara de alucine que tenía la blanquita, si hubiese tenido rayos infrarrojos me hubiese fulminado con ellos.

Tardé menos de un segundo en salir de aquella sala, no tenía ganas de que me relacionasen más con ese caso.

"A ver por dónde era..."

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Quise contestar pero no pude. ¿Esto era una prueba del destino? ¿En serio no había otra enfermera en todo el puto mundo que me tenía que tocar trabajar con ella? Empezaba a creer que mi nueva vida era una muy mala idea.

No me hacía falta mirarla para saber que tenía sus ojos clavados en mí, era como si me atravesasen con cuchillos.

Soy hombre de pocas palabras pero con la tensión que había en el ambiente todavía se complicaba más poder mantener una conversación. Estaba esperando que en algún momento me preguntase por la chica y poder explicarme, pero parecía que ese momento no iba a llegar nunca.

Me jode admitir que la atracción que siento por ella no es ni medio normal, enfadada me parece incluso más sexy, ¿por qué mierdas me pasa con quién menos me tiene que pasar?

Seguro que está deseando acabar con esta ruta y mandarme a la mierda.

No hubo respuesta por su parte.

Seguíamos recorriendo pasillos sin hablar, puede decirse que estoy viviendo uno de los momentos más incómodos de mi existencia y es mucho decir.

Sabía yo que esto no iba a quedar en una mera anécdota casual.